Publicado originalmente en marzo de 2012
El tiempo de mantenimiento de la presión durante una prueba hidrostática no puede determinarse en función de la integridad de las tuberías, puesto que es imposible medir las consecuencias de la presión, por lo que establecer un tiempo concreto de mantenimiento de la presión resultaría arbitrario.
Es necesario realizar una prueba de presión sobre la tubería para verificar su capacidad para soportar la presión máxima de funcionamiento operación máxima admisible (MAOP) de forma segura. Esta
prueba de presión debe superar el MAOP con un margen suficiente para comprobar la estabilidad de las anomalías existentes. Las normas especifican cuánto tiempo debe durar la presión, con lo que se denomina tiempo de mantenimiento de la presión.
El objetivo del tiempo de mantenimiento de la presión es garantizar con suficiente certeza que no haya fugas en la tubería. En 1970, las normas federales estadounidenses establecieron un tiempo de mantenimiento de la presión de 8 horas. Anteriormente, cuando los tiempos de mantenimiento de la presión eran inferiores a 8 horas, no existía riesgo de ruptura. Aunque un tiempo de mantenimiento de la presión más reducido puede aumentar el riesgo de que una fuga pase inadvertida durante el ensayo, las fugas de volumen considerable que se puedan producir posteriormente las detectarán los operadores durante las inspecciones de fugas obligatorias o los clientes al notar el odorizante que se añade al gas natural precisamente con el objetivo de detectar fugas.
Las pruebas de presión realizadas tras la construcción de la tubería permiten asegurarse de que no existan defectos de fabricación o instalación que afecten al funcionamiento seguro de la tubería, y que pudieran haber pasado inadvertidos antes de que la tubería comenzara a funcionar. La eficacia de las pruebas se basa en la tensión circunferencial ejercida en las paredes de la tubería, independientemente del líquido o el medio utilizado para el ensayo, puesto que para detectar este tipo de defectos se puede utilizar tanto agua como aire o gas natural. Si bien las consecuencias de una rotura durante un ensayo pueden variar en gran medida en función del tipo de líquido que se utilice, este no afecta a la eficacia de la prueba.