Applus+ debate sobre almacenamiento de energía, una tecnología al alza clave para maximizar la integración de las renovables

Todos los ponentes coinciden en el escenario ideal: un sistema eléctrico resiliente en el que los sistemas de almacenamiento de energía desempeñan un papel central, aportando flexibilidad y estabilidad; descarbonizado, con una alta penetración de las energías renovables; y descentralizado, en el que las instalaciones de generación de energía son cercanas a los puntos de consumo. Pero queda mucho camino por recorrer: el almacenamiento es un sector incipiente en España, que cuenta con un mix energético diversificado y una red eléctrica estable, lo que hasta hace poco ha hecho innecesario invertir en almacenamiento de energía. Sin embargo, el considerable aumento de la generación renovable registrado a lo largo de los últimos años, especialmente solar y eólica, hace imprescindible contar con sistemas que permitan conservar el excedente para verterlo en la red en los momentos de alta demanda. 

“Nos dirigimos hacia un sistema eléctrico cada vez más complejo, que requiere una combinación de tecnologías que faciliten la descarbonización. Si queremos apostar firmemente por las renovables, el almacenamiento es clave para aportar gestionabilidad a la red”, señala Pablo. “El sector privado tiene claro que va a suceder, pero necesita impulso para que se dispare la inversión”, añade.

Todos los expertos señalaron que existe un gran apetito inversor en tecnologías de almacenamiento, pero la estructura de precios del mercado eléctrico actual, marcada por una alta volatilidad, representa un factor de incertidumbre que ralentiza las inversiones. Es uno de los grandes retos del sector, ya que las inversiones en almacenamiento son a largo plazo (10-20 años) y requieren modelos financieros sólidos que ofrezcan flujos de caja previsibles. Pero todos los ponentes apuntan con cautela que la actual estructura de precios no se mantendrá en el futuro, y solo con el arbitraje de precios no se puede rentabilizar el almacenamiento. Es necesario complementar con ingresos adicionales relacionados con otros servicios que presta, como los mecanismos de capacidad y los servicios de ajuste.

En la mesa redonda, los ponentes han destacado también aspectos positivos, como la bajada de los precios de las baterías en los últimos años y que sus prestaciones hayan mejorado, pues presentan cada vez menor degradación. Pero aún no se tiene un conocimiento completo de su comportamiento a largo plazo debido a su reciente incorporación en el sector. La operativa de las baterías es compleja y requiere software especializado y expertise humano para gestionar los flujos de energía, por lo que su despliegue representa una importante oportunidad para la creación de puestos de trabajo especializados.

En ambos escenarios, asegurar la correcta implementación y funcionamiento de los sistemas de almacenamiento es imprescindible para aportar confianza al sector y a los inversores. Ahí juega un papel clave Enertis Applus+, una de las ingenierías y consultorías con mayor experiencia en almacenamiento, que lleva años operando en EEUU, Reino Unido, Australia y Chile, territorios donde las tecnologías de almacenamiento se han expandido. Su experiencia ayuda a mitigar riesgos técnico-económicos, estimar correctamente los flujos de ingresos y conseguir la financiación de estos proyectos con la máxima seguridad.

¿Y qué tecnología contribuye más a descarbonizar el sistema eléctrico, el almacenamiento o el hidrógeno verde? Los expertos de la mesa tienen claro que lo primero, que se llegó a calificar como la cuestión de la que todo el mundo habla en el sector energético. Pablo lo explicaba de forma clara: “Las baterías ya están aquí, son una realidad; el hidrógeno verde aún necesita recorrido. Dentro de 10 años, estaremos en una mesa como ésta hablando sobre hidrógeno verde, pero hoy, son las baterías”.