A QUIÉN VA DIRIGIDO
El control de vibraciones puede ser fundamental a la hora de limitar la responsabilidad de muchos tipos de clientes que emprenden una amplia variedad de proyectos en los que intervienen diversos activos. Se pueden controlar las vibraciones en infraestructuras de canalización, puentes, edificios gubernamentales, monumentos y edificios históricos, hospitales y residencias privadas para detectar aquellas que puedan resultar dañinas.
Muchas administraciones públicas exigen controlar las vibraciones en algunos tipos de proyectos de construcción, demolición o voladura. Saber que un contratista se toma en serio la seguridad de sus hogares puede tranquilizar a los ciudadanos.
El control inicial de vibraciones debe comenzar antes de que se realice cualquier actividad que genere vibraciones considerables para así poder establecer un nivel de referencia de las vibraciones en la obra en cuestión. Por ejemplo, la circulación del metro podría generar más vibraciones que hincar un pilote en la obra.
El control de vibraciones se puede realizar puntualmente para una operación de voladura de un día en unas obra de construcción o de forma prolongada, por ejemplo durante la demolición de un edificio de gran tamaño.